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Se  acerca el  final de la  acampada,  pero aún  nos  quedan  cosas que  descubrir. Después  de dormir  como marmotas  nos  levantamos relajaditos  y  con  las  pilas  puestas.  Recogimos las  habitaciones,  aseo  personal,  desayuno y  preparados.  Esperamos a  que  llegara  Matías,  que es el  monitor  que  nos  acompañó en  la caminata.  Primero encontramos  los  gorros de los  duendes,  vimos  las  cuevas  dónde podrían  estar  escondidos y  también donde  habitaban  los  murciélagos. Nos llevo  por el  espectacular barranco de  laurisilva, conocimos  el  musgo  y  la historia de la finca de Osorio,  dónde hay  árboles de todas las partes  del  mundo.

A continuación emprendimos el  camino por un  sendero por dónde  subimos  hasta  llegar  a casa  de Pinito,  allí  vimos animales de la tierra como los  gallos y  dimos  de comer a las  cabras,  algunas se  entretuvieron  con  la tierra colorada.

Regresamos a  la  casa  dónde nos  esperaba  un  picnic,  en el  que  no  podía faltar la fruta canaria por  excelencia,  el  plátano y de postre el donuts, no  podía  ser  menos estamos en  Teror.