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Ya  se  acercaba la  noche, lo primero que hicimos fue asearnos para ir a  cenar. Había mucha hambre ya que el  día estuvo cargadito. Comenzamos  la  cena, que por cierto estaba riquísima. Al  terminar nos comimos un  poquito de  chocolate. Llegó uno de las momentos más emocionantes, una  caminata con  linternas por los  alrededores de la casa,  escuchamos el  silencio de la  noche y estábamos a la expectativa de lo que  pudiera suceder. La  noche estaba estupenda. Fueron muy valientes y nadie tenía  miedo, enhorabuena. Regresamos a la casa para pasar un  ratito en la chimenea, cantamos, bailamos, contamos  algunos  cuentos y pasamos un buen rato en  compañía.

Ya es hora de ir a  descansar,  subimos a la habitación, cogimos la bolsita  de  aseo y el  pijama y, a  la  ducha. Cuanto disfrutamos con el agua calentita,  pijama y  camita.  Valientes, durmieron de un  tirón.

Felicidades a  todos,  consiguieron  dormir fuera de casa sin papi ni  mami.